COLEGIO SECUNDARIO N° 5089 – BACHILLER
DOCENTE: MENDIETA, FAVIOLA
CURSO: 5° 2° Turno Tarde.
Tema: Edad Media, Cantar de gesta. Poema del Mío Cid.
¡Bienvenidos nuevamente a nuestro espacio virtual! Los
invito a leer con atención la teoría y las consignas al final de la clase.
Luego les mandaré, como siempre al grupo de WhatsApp audios con las
explicaciones pertinentes, para que puedan, de esta manera, completar el
sentido total del tema.
Anteriormente, trabajamos la teoría del contexto sociocultural de la Edad Media. Ahora, continuaremos con un texto literario representativo de ese periodo literario: El poema del Mio Cid.
¡Damos inicio al trabajo práctico n° 7!
El Cantar de mio Cid es un cantar de gesta anónimo que relata hazañas heroicas inspiradas libremente en los últimos años de la vida del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar el Campeador.
Es una obra literaria de la Edad Media que plantea a un héroe como una figura paradigmática , encarnación de valores y virtudes. Por ejemplo, el Cid es el leal vasallo, buen jefe militar, buen esposo y padre, religioso y honrado.
- Escuchar el rap del Mio Cid. https://www.youtube.com/watch?v=wY2-PLBdTyY
ACTIVIDADES:
1)
Completar el acróstico, según las
referencias. Tener en cuenta lo visto la anterior clase.
A)
O
_ _ _
B)
_
_R _ _
C)
_
_ _ A _ _ _ _ _
D)
_
_ _ L _ _ _ _
E)
_
_ I _ _
F)
_
_ _ _ _ _ D_ _
G)
_
_ _A _ _ _ _ _ _ _
H)
_
_ _ _ _ _ D_ _
REFERENCIAS
A)
Modo de transmisión de la cultura, dominante en
la Edad Media.
B)
Invasores de la península Ibérica en el siglo
VIII.
C)
Vinculo Feudal.
D)
Músicos ambulantes, generalmente ejecutores de
obras ajenas.
E)
Discurso al que pertenecen los Cantares de
Gesta.
F)
Epíteto dado al Cid, que significa “Batallador”
G)
Centros
culturales religiosos del medioevo.
H)
Principales invasores germánicos de la
península.
2)
Leer el fragmento del Mío Cid y escuchar el rap las
veces necesarias para su comprensión.
3)
Escribir brevemente de que trata el poema
del Mío Cid.
4)
Caracterizar al Cid de acuerdo a los
adjetivos que a él se le aplican y las acciones que realiza.
FRAGMENTOS DEL CANTAR DE MIO CID
CANTAR 1º
El Cid deja sus casas y
tierras
De los sus ojos tan
fuertemente llorando,
volvía la cabeza, se las
quedaba mirando:
vio puertas abiertas,
postigos sin candados,
y las perchas vacías, sin
pieles y sin mantos,
o sin halcones, o sin
azores mudados.
Suspiró mio Cid, que se
sentía muy preocupado;
habló mio Cid, bien y muy
mesurado:
"grancias doy, señor
padre, que estás en lo alto,
esto me han urdido mis
enemigos malos."
El Cid pasa por San Pedro
de Cardeña para despedirse de su mujer, doña Jimena, y
a sus hijas, doña Elvira y
doña Sol.
He aquí a doña Jimena que
con sus hijas va llegando;
dos dueñas las traen a
ambas en sus brazos.
Ante el Campeador doña
Jimena las rodillas ha hincado.
Lloraba de los ojos, quiso
besarle las manos:
«¡Ya Campeador, en hora
buena engendrado,
«por malos intrigantes de
Castilla sois echado! »
«Ay, mi señor, barba tan
cumplida,
«aquí estamos ante vos yo
y vuestras hijas,
«(muy niñas son y de pocos
días),
«con estas mis damas de
quien soy yo servida.
«Ya lo veo que estáis de
partida,
«y nosotras y vos nos
separamos en vida.
«¡Dadnos consejo, por amor
de Santa María!»
Alargó las manos el de la
barba bellida,
a las sus hijas en brazos
las cogía,
acercólas al corazón que
mucho las quería.
Llora de los ojos, muy
fuertemente suspira:
« Ay, doña Jimena, mi
mujer muy querida,
«como a mi propia alma así
tanto os quería.
«Ya lo veis que nos
separan en vida,
«yo parto y vos quedáis
sin mi compañía.
«Quiera Dios y Santa
María,
«que aún con mis manos
case estas mis hijas,
«y vos, mujer honrada, de
mí seáis servida».
YOLANDA MUÑOZ GÓMEZ
IES. PUERTO DE LA TORRE
CANTAR 2º
Las pretensiones de los infantes de Carrión
De los infantes de Carrión
yo os quiero contar,
Hablando en consejo con
todo secreto están:
La nuevas de mío Cid muy
adelante van;
Demandemos sus hijas para
con ellas casar;
Creceremos en nuestra
honra e iremos adelante.
Venían al rey Alfonso con
esta puridad:
(Los infantes de Carrión
proponen al Rey la solicitud de matrimonio con las hijas
del Cid. El Rey trata el
asunto con Minaya y Pero Bermúdez, y pide vistas con el
Cid, que comunica por
escrito la respuesta al Rey).
Merced os pedimos, como a
Rey y a señor natural;
Con vuestro consejo lo
queremos hacer nos,
Que nos demandéis las
hijas del Campeador;
Casar queremos con ellas a
su honra y a nuestra pro.
Una gran hora el Rey pensó
y meditó:
Yo eché de tierra al buen
Campeador,
Y, haciéndo yo a él mal y
él a mí gran pro,
Del casamiento no sé si
tendrá sabor;
Mas, pues vos lo queréis,
entremos en la razón.
A Minaya Álvar Fáñez y a
Pero Bermúdez,
El rey don Alfonso
entonces los llamó;
A una cuadra, él los
apartó:
Oídme, Minaya, y Pero
Bermúdez, vos:
Sírveme mío Cid, el
Campeador,
El lo merece y de mí
tendrá perdón;
Viniéseme a vistas si de
ello hubiese sabor.
Otros mandados hay en esta
mi corte:
Diego y Fernando, los
infantes de Carrión,
Sabor han de casar con sus
hijas ambas a dos;
Sed buenos mensajeros y
ruégooslo yo
Que se lo digáis al buen
Campeador.
YOLANDA MUÑOZ GÓMEZ
IES. PUERTO DE LA TORRE
CANTAR 3º
La cobardía de los Infantes de Carrión
En Valencia estaba el Cid
y los que con él son;
con él están sus yernos,
los infantes de Carrión.
Echado en un escaño,
dormía el Campeador,
cuando algo inesperado de
pronto sucedió:
salió de la jaula y
desatóse el león.
Por toda la corte un gran
miedo corrió;
embrazan sus mantos los
del Campeador
y cercan el escaño
protegiendo a su señor.
Fernando González, infante
de Carrión,
no halló dónde ocultarse,
escondite no vio;
al fin, bajo el escaño,
temblando, se metió.
Diego González por la
puerta salió,
diciendo a grandes voces:
«¡No veré Carrión!»
Tras la viga de un lagar
se metió con gran pavor;
la túnica y el manto todo
sucios los sacó.
En esto despertó el que en
buen hora nació;
a sus buenos varones
cercando el escaño vio:
«¿Qué es esto, caballeros?
¿ Qué es lo que queréis vos?»
«¡Ay, señor honrado, un
susto nos dio el león».
Mío Cid se ha incorporado,
en pie se levantó,
el manto trae al cuello,
se fue para el león;
el león, al ver al Cid,
tanto se atemorizó
que, bajando la cabeza,
ante mío Cid se humilló.
Mío Cid don Rodrigo del
cuello lo cogió,
lo lleva por la melena, en
su jaula lo metió.
Maravillados están todos
lo que con él son;
lleno de asombro, al
palacio todo el mundo se tornó.
Mío Cid por sus yernos
preguntó y no los halló;
aunque los está llamando,
ninguno le respondió.
Cuando los encontraron
pálidos venían los dos;
del miedo de los Infantes
todo el mundo se burló.
Prohibió aquellas burlas
mío Cid el Campeador.
Quedaron avergonzados los
infantes de Carrión.
¡Grandemente les pesa esto
que les sucedió!
YOLANDA MUÑOZ GÓMEZ
IES. PUERTO DE LA TORRE
4 : La afrenta de Corpes
Quédanse solos los cuatro,
todo el mundo se marchó,
tanta maldad meditaron los
infantes de Carrión.
"Escuchadnos bien,
esposas, Doña Elvira y Doña Sol:
vais a ser escarnecidas en
estos montes las dos,
nos marcharemos dejándoos
aquí a vosotras, y no
tendréis parte en nuestras
tierras del condado de Carrión.
Luego con estas noticias
irán al Campeador
y quedaremos vengados por
aquello del león."
[…]Desfallecidas se
quedan, tan fuertes los golpes son,
los briales y camisas
mucha sangre los cubrió.
Bien se hartaron de pegar
los infantes de Carrión,
esforzándose por ver quién
pegaba mejor.
Ya no podían hablar Doña
Elvira y Doña Sol.
En el robledal de Corpes
por muertas quedan las dos.
Lleváronse los infantes
los mantos y pieles finas
y desmayadas las dejan, en
briales y camisas,
entre las aves del monte y
tantas fieras malignas.
Por muertas se las
dejaron, por muertas que no por vivas.
[Álvar Fáñez y muchos
hombres del Cid van a recoger a doña Elvira y doña Sol. La reunión es
emocionante. Todos vuelven
a Valencia. El Cid recibe un mensaje diciéndole que están cerca.]
Al que en buen hora nació
llegaba el mensaje,
aprisa cabalga, a
recibirlos sale;
iba jugando las armas,
grandes gozos hace.
Mío Cid a sus hijas íbalas
a abrazar,
besándolas a ambas
sonriéndoles está:
«¿Venís, hijas mías? ¡Dios
os guarde de mal!
«Yo accedí a vuestras
bodas, no me pude negar.
«Quiera el Creador, que en
el cielo está,
«que os vea mejor casadas
de aquí en adelante.
«De mis yernos de Carrión,
¡ Dios me haga vengar!»
Las hijas al padre la mano
van a besar.
Jugando las armas iban,
entraron en la ciudad;
doña Jimena, su madre,
gozosa las fue a abrazar.
El que en buen hora nació
no lo quiso retardar;
de los suyos, en privado,
se quiso aconsejar:
al rey Alfonso, un mensaje
decidieron enviar.
El rey restablece la honra
del Cid y de su familia
He aquí que dos caballeros
entraron en la corte;
al uno dicen Ojarra, de
Navarra embajador,
al otro Iñigo Jiménez, del
infante de Aragón.
Besan las manos al rey don
Alfonso,
piden sus hijas a mío Cid
el Campeador,
para ser reinas de Navarra
y de Aragón
y que se las diesen con
honra y bendición.
¡Manos a la obra!